Vender tartas es la alternativa económica para millones de personas que necesitan un segundo ingreso. La pandemia también ha multiplicado a los vendedores de galletas y ponquecitos. Todo esto demuestra que el negocio del trigo en la pastelería es estable. Sin embargo, ¿qué queda para la pastelería sin gluten?
Muchos intolerantes al gluten se quejan constantemente de los costos tan elevados de las harinas sin gluten, pero esto se debe a que son mucho más escasas y sus presentaciones también son más pequeñas. Entonces, partiendo de que hay una base costosa, ¿es un negocio rentable?
Siempre habrá consumidores
La inversión inicial será costosa, debido a que comprar harinas sin gluten y conseguir proveedores de eso no será barato. Pero los celíacos siempre van a cumplir años y tener fiestas en las que necesiten tartas y demás dulces que puedan comer sin ningún remordimiento ni preocuparse por su salud.
Sabiendo esto, es posible que el negocio no sea tan rentable si no se empieza a buscar y consolidar una cartera de clientes que sea estable y que les permita tener una relación de confianza, al siempre buscar y preferir a esa pastelería.